23 junio 2010

a Dios, Adiós

Es complicado de explicar. 
Todo lo que contiene algún que otro matiz con carga emocional se me hace difícil de escribir. La vida es bella y la muerte es una mierda. 
Matiz uno: 
la vida en realidad a veces no es tan bella y
la muerte, siendo franca tampoco es una mierda si la vida ya no tiene sentido o simplemente el vivir está siendo una agonía.

El Martes fue el entierro de la abuela por parte materna de Víctor. Se murió el día en que Jesús descansa, así que imagino que a Dios le habrá molestado un poco eso de tener que trabajar en días de relax, pero es lo que hay si te llamas Jesús, tienes poderes,  juegas en tu tiempo libre con la Muerte y tienes un padre que lo ve todo.
"¡abuela!, ¡gitana!, ¡culebra!, ¡yaya!" Víctor la llamaba
¡qué quieres hijo mío! ella le contestaba mirándole con santa devoción.
Se querían, así que fue triste y doloroso.
Y en la Iglesia, el cura se equivocó varias veces, la más grave fue la de cambiarle el nombre a la difunta, si la hubiera llamado yaya o culebra, pero no, la llamó Lucía. Y ella de Lucía tenía poco. Ella es Josefa, Pepita o Pepi, pero Lucía, sr. cura no.
El cura tampoco atinó con los salmos, y en el precioso poema de Jorge Manrique se comió algunas palabras.
Así que todo se hizo raro y más largo que un Prelude de Bach.
Después de la no misa, fuimos al cementerio dónde están enterrados los padres y el abuelo de Víctor y Mónica, y ahora también el de la abuela.
Ver la lápida con el dibujo de una paloma sosteniendo una ramita de olivo y  leer las siguientes palabras  FAMILIA ARDID-UBED,  fue lo más doloroso y miedoso (aceptamos palabra como parte del vocabulario de Marina)
Lo que pensé e instintivamente hice, fue agarrarme del brazo de Víctor y pensar, Jesusito, a éste lo quiero a mi lado, esa lápida no es para él-.

...Y allí estuvimos, viendo como un señor con mono marrón hacía sus trabajos de albañilería nicharía (véase de nicho-nichária-nicharía). Sacó la placa, abrió el nicho, metió el ataúd, y encementó todo el trozo con espátula y pincel como si fuese un Miquel Angel enmonado; después volvió a colocar la placa, bajó de su pequeño andamio, se giró al público y dijo quitándose el sudor de la frente: ya he acabado.
Colocaron la corona de flores y nos fuimos. Quizás esperaba que le aplaudiéramos.
Qué decadente. 
Es lo que Víctor dijo: estábamos admirando la obra de ese señor, para eso, hubiéramos venido tranquilos uno a uno o juntos pero después de la obra. 
Es cierto, es casi comparable como cuando te hacen obras en casa, no me veo llorando y contemplando  al lampista arreglando una tubería, me veo más, pagándole, diciéndole gracias, y ahora déjeme sola que voy a ver como ha quedado. Y lloraré tranquila.

En fin, me quedo con esperando al genio de la lámpara de Aladino al que le pediría 3 deseos, el primero sería vivir felizmente y con salud eternamente con los seres que yo escogiera. El segundo deseo sería poder deshacer ese hechizo cuando quisiera o quisieran, Y  el tercero aún no lo he pensado.
Y cómo escribió Jorque Manrique:
" Partimos cuando nacemos, 
andamos mientras vivimos,
y llegamos al tiempo que fallecemos;
así que cuando morimos, descansamos".

a Dios Pepita.
A Dios, Adiós.

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