23 febrero 2011

Sr. Punset, Psique, Eros y yo en la barca hacia el mundo subterráneo.

el Sr.Punset asusta y abre la mente a todos los que a veces dormimos demasiado esa parte del cerebro o del alma que por algún motivo, preferimos no despertar.
Las conversaciones del Sr. Punset y neurocientíficos te hacen sentir que viajas en barca al mundo subterráneo del otro mundo, aquél que significaba para los griegos y habitantes de la Mesopotamia : un lugar al que podías acceder, pero ya no regresar.
Lo cuál me hace recordar la historia de Psique y Eros, un bello cuento, en el que Psique y Eros tienen una historia de amor a lo Bella y Bestia, la historia nos viene a decir, que el alma (psiquê en griego) debe sufrir antes de encontrar el amor,  ya que antes de conseguirlo, Psique se enfrenta a pruebas imposibles impuestas por la Diosa Atenea, la mamá de Eros, quién está rabiosa por que ésta es más bella y desposará a su amado hijo Eros, el Dios del amor.
En resumen, que los hallazgos que el Sr. Punset hace sobre la neurociencia, me hace tambalear como la barca que transporta a Psique en ese viaje incierto.. Punset y los neurocientíficos, han descubierto  que nuestro cerebro decide unos 7 segundos antes, todas nuestras acciones, las cuáles nosotros pensamos que son propias nuestras, es decir, que lo decidimos nosotros. Pero no! antes de que nosotros las hagamos, el cerebro, 7 segundos antes ya lo ha decidido. Sabe con que mano harás tal, que vas a comer, que vas a hacer... no existe la idea romántica o azarosa del LIBRE ALBEDRÍO.
QUE FUERTE, QUE GRAN DESCUBRIMIENTO.
Otro ejemplo,  si te apuntas al gimnasio y no vas, es porque el cerebro no está siendo bien reprogramado, y él, como no ha tenido ese ejercicio mental constante de hacerlo, pues al poco tiempo, ni la fuerza de voluntad, ni tu conciencia, son capaces de ganar al cerebro no programado.
Yo, en facto, estoy escribiendo esta frase 7 segundos antes que mi conciencia tome nota de ella.
Así que me quedo a que venga Eros a rescatarme en la barcaza del mundo subterráneo, en el que como ya dije: me adentré, pero no sé si regresaré.

06 febrero 2011

Fuera de servicio

Nací en los años setenta, en el mes de la flor Maravilla, y de la piedra Zafiro.
Nací, en la década en que, tanto los hombres como las mujeres, vestían pantalones de campana, cuellos cisne, calzaban zapatos con alzas y lucían esas melenas al viento, despeinadas o rizadas con la fasheable permanente!.
Cuando yo nací, posaba perpétua en fotografías en blanco y negro, y con ribete blanco bordeado. Vestía ropa buena, de esa que duraba siglos y permitía que mis padres siguieran con todos sus riñones.
En mi casa y la de mis amigos, había una tele para toda la casa, los yogures eran grandes, y mis padres no tenían que romperse la cabeza pensando que marca escoger; porqué antes, el mundo era  de Danone. Aunque a mi,  me gustaba la flor de Yoplait.
En el  almuerzo del cole, lo normal era comer un bocadillo casero de mantequilla con miel, mantequilla con jamon en dulce, de foigras La Piara o de  buen jamon, y si eso, ya los viernes te zampabas un croassant  recién horneado y no precongelado con su  tableta de choco.
Los de mi generación, escogíamos entre máximo 20 tipos de chuches. Cuatro tipos de marcas de zapatillas deportivas y  tres de chándals.
No teníamos ordenador, y quien tenía uno, ocupaba media casa con él.
Sólo existía una línea de teléfono y  un sólo aparato, y éste era de aquellos de meter el dedo y girar la ruleta, que por cierto, cada vez que te equivocabas en un dígito decías eso de : "Me cago en todo lo que he estudiado" Y por supuesto, cuando hacíamos nuestras habituales bromas telefónicas, no temíamos al actual reconocedor de llamadas. 
No, nosotros no nacimos entre móbiles, antenas parábolicas ultra destroyer, TDT, HD, HDMI, Multimedia, Windows Xp, Indisign, Gigas...
Yo, nací, entre cebollas, tomates, lechugas y pan con sabor a gusto en el paladar,  lo que ahora llaman "ecológico" para nosotros era lo normal.
Para leer, habían tebeos donde lo normal era que todos los personajes estaban vestidos y con ojos proporcionalmente casi igual al ser humano, exceptuando claro está, a los monstruos.
Las calles estaban llenas de niños y niñas como yo jugando en los parques o por los patios sin temor al lobo feroz.
Eso sí, habían pocas actividades extraescolares.
Somos la generación E.G.B. : educación general básica. Pertenecí a esa gente que era amenazada por los tutores en la que si  sacábamos malas notas, haríamos F.P!.
Somos los que aprendimos tarde el valor de aprender inglés.
Los que tuvimos mala suerte al dejar el cole sin repetir curso, porqué cuando nos sacamos el Graduado escolar, los directores,  decidieron reformar: la sala de ordenadores: ahora cada alumno dispondría de uno para cada uno!.
Soy de la generación que decía: chachi, mola, okey makey, oh yeah, alucina vecina, ay va! los donuts!.
Soy de las que nunca pensó que había vida más allá del vinilo, cassette y vhs. Pero que sí, supo ver la partida perdida a los de Beta y Laser disc.
Soy de las que ahora se preguntan: ¡¡¡ qué narices les ha pasado a los creadores de los Donuts??? qué no ven que ya nada es lo mismo???.
Hoy me desperté sientiéndome fuera del sistema.
Soy de la generacion de los setenta... sin embargo ¿por qué cuando los contemplo a todos por separado me siento out?. Quizás es la teoría de la Gestalt. Quizás no.
Yo no sé que significa que te llamen VJ!, un nuevo Post?  Myspace?, ni que rayos es estar cool en estos momentos. Me pierdo entre tanta fashion week, model style, cool hunters, trendy hunters, el euromillones, las cremas anti envejecimiento que dicen que llean queronoseque, y celunosecuantos... y esos bares que te dan para beber oxígeno!!! ¿qué?, esas aguas embotelladas en svaroski que por dentro sólo llevan  H2O a 500 eurazos!,¿ques es eso de comida macrobiótica? nos vamos todos al espacio??? 
estoy realmente fuera de onda.
Lo confieso, estoy perdida entre tanto pin, puk, reset...
Quizás para reinsertarme en la societé, debería llevar una ranura-entrada USB en la  frente de mi altiba cabeza y que a lo Matrix me metieran toda la información que por ser de mi generación, o no,  se le escapa a mi entendimiento.
Y ahora, colgaré un cartelito porque tanto retroceder me ha dejado fuera de servicio. Así que:
Disculpen las molestias.