24 febrero 2010

no hay mal que por bien no venga

tomo aire y lo expulso haciendo ese ruido que también comparto con la Nena, mi american Stafftord preferida del mundo entero. Dudo la existencia de otra perra más buena. Ni siquiera Tulsa, mi segunda perra en bondad y tolerancia la puede adelantar.
Bondad y tolerancia, no son sólo virtudes de los seres humanos, muchos animales también las poseen.

Vaya, me molesta un poquitin de nada el ojo derecho, es una ligera presión. Me lo toco, es instintivo, como si tocarlo aligerarara esa presión. Pero no, sólo es una sensación pasajera.

otro suspiro.

Víctor me dijo una vez que un doctor de su hospital, le comentó que suspirar mucho era síntoma de una enfermedad. ajá.

La verdad, es que cualquier enfermedad me parece pecatta minutta con lo que me está pasando en estos últimos meses. Los meses que los doctores entre pitos y mandongas me han robado. Como cantaba Sabina antes de volverse tonto del culo : ¿quién me ha robado el mes de abril?
y yo canto ¿quién me ha robado el mes de enero y febrero?

esto es un sin vivir. Mejor lo escribo todo junto: unsinvivir. No hay aliento para explicar la estupidez humana venida de los científicos médicos.
Pasaban unos días del mes de enero de 2010 cuando el Dr. Bartomeus (jefe de neurocirujía) del Hospital San Pablo de Barcelona, me visitaba por quizás.... séptima vez desde hace 3 años.
3 años, haciéndome resonancias en la cabeza, en mi hipófisis, 3 años haciéndome extracciones de sangre teniéndome que mantener despierta 2 horas antes de la extracción en ayunas. Y 3 años, angustiada a veces más a veces mucho mucho menos, preguntando ¿qué me pasa doctor?.
Ese mes de enero, me dio el alta médica después de hacerme la pregunta que siempre siempre siempre me hacía al entrar en su consulta del Box 2 de la planta 1 del hospital:
Marina, ¿ya te hemos operado?
recuerdo que las seis primeras veces, me daba pánico esa pregunta, porque era como el preámbulo de decir:
ah! no te hemos operado! pues ahora habrá que hacerlo...
pero la séptima vez, le contesté: Doctor Bartumeus, siempre me hace la misma pregunta!!!. sonreí y me senté.
Vio la resonancia y dijo, pues yo veo que no se ha movido, esto es un hallazgo casual (esta era otra de las palabras que siempre siempre siempre me decía) y por tanto Marina, no hace falta que vengas más.
El sr. dct. Bartomeus es un hombre mayor, el ya no opera, pero es una eminencia de esas que pululan por el mundo haciendo el bien y el menos bien.
Le pregunté, el tema de tener niños, y el me contestó cosas que no venían muy a pelo y luego me preguntó ¿tienes visita con la doctora Webb, verdad? sí doctor, dentro de diez días. Pues ella, ya sabe, por lo que leo en el informe de esa voluntad tuya, pero tranquila, porque según las resonancias, esto no tiene porque crecer.
si dona! podrás tener 2, 3 hijos!!!.
Y así de contenta por no tener que volver a visitarle, ni hacerme mas resonancias, ni analíticas, ni oír ¿te hemos operado ya? salí de su consulta.

A los diez días, visité a la que nunca había sido una persona empática y amable conmigo, la Doctora Susan Webb, otra eminencia pero más joven del mundo de los doctores.
Y ésta, no tuvo tan buenas noticias.
De hecho, y abreviando mucho:
1- si tengo hijos, la hipófisis crecerá y machacará el quiste de la bolsa de ratke supersellar (esta es mi enfermedad y su ubicación y escribiéndolo en letras más pequeñas me siento a salvo) con lo que afectarán a los nervios ópticos entre otras cositas que andan por nuestras cabecitas de las que no quiero saber mucho poco más, porque como Schopenhauer decía: con la ignorancia, se es más feliz.
solución: operar después del parto. Consecuencias de la operación: ceguera 98 % seguro. Y la verdad, después de un parto, no poder ver a mi churumbel...

2- si me opero antes de tener hijos: se daña la hipofisis, y con ello las probabilidades de tener hijos naturalmente son rebajadas al 98% y las consecuencias de la operación son las mismas que las anteriores.

3- dejar eso tal y como está, no tener hijos (que no es un drama para mi) y esperar a que un día: o me de un dolor de cabeza que te cagas o veré como los burros... en ambas situaciones, acudid velozmente al doctor, para que me operen y quedarme de una vez por todas ciega.

Mañana, me hacen una Campiometría. Para ver que tal me van las cosas por lo ojos.
La doctora me prometió que no me dolería, pero me dijo: diles a quienes te la hagan (también en el hospital San Pablo) que te digan como ha ido, si ha salido mal, vente al hospital de dia de endocrinos.
jajajaja la verdad es que todo esto es de risa.

Desde hace varias noches que no duermo bien. Para mi que mis ojos ven lo que pienso.
Sea lo que fuere, hace unos días que me hundí, pero ahora, trago saliva al escribir estas lineas lo que significa que no es verdad lo que escribo, pero si que es cierto una cosa: que gracias a esto que me pasa, a este mal que por bien no venga, ya no tengo miedo a subirme a un avión
y que
se
estrelle.

01 febrero 2010

falsas promesas

"te prometo que mañana lo hago" " te prometo que mañana será diferente".
Estoy hasta las narices de las falsas promesas.
Víctor, mi chico, acaba de leer esta primera frase y levántandose de la silla ha murmurado: "qué fina mi niña"... se levanta para tender la colada de ayer, aquella que prometió colgar.
Pues fina o gruesa, estoy hasta los bemoles de que las personas prometamos cosas imprometidas como: La Tierra prometida, el pan de mañana, el disneyland de vacaciones, la playstation si sacas buenas notas, un cambio de look, aquél mullido "dejaré de fumar cuando me quede embarazada " (y si este fracasa " cuando nazca el bebé", o este otro "prometo no volver a ir con esos" , y el que roza la tontería y que suena a frase de Bart Simpson escribiendo en la pizarra..." prometo que no prometeré cosas que no pueda cumplir".
De pequeña, no sé si alguien o yo misma leí de algún libro, lugar... qué en vez de Jurar, lo mejor era Prometer porque así no hacías daño a nadie.
Parece que la mayoría de nosotros debimos leer esa frase que de pequeña leí. Con la excepción de que conmigo no funcionó. Porqué casi todas las promesas que me hicieron y que nunca se cumplieron me hicieron daño.
Así que no quiero imaginarme el día que hagan o hagáis juramentos.
Quédate con esta frase que acabo de crear de toda esta mierdecilla popular típica del ser humano
" prometer es de cobardes, te lo juro".