23 junio 2009

Los números con números más enormes que tu culpa.

Despierta.
Despiértate ya.
Cada persona que estuviera en un lugar esperando a otro alguien, debería llevar encima y colgando de su cabeza, un reloj bien grandote: con punteros y números enormes y de un color pongamos que negro y rojo.

Así que, irremediablemente ante la pregunta ¿hace mucho que me esperas? El esperante desesperado, le indicaría con el dedo al osado retrasado que mirase hacia arriba para ver con sus propios ojos, cuantos rayos de segundos, minutos o horas había perdido por la espera.

Yo a veces, soy tonta.
Soy tan tonta, que a los que me hacen esperar, y ante su pregunta de ¿hace mucho que me esperas? Contesto “ tranquilo, de hecho acabo de llegar”.

Pero con ese reloj encima mío, le diría: llevo treinta y cuatro minutos y dieciséis segundos esperándote ¿no lo ves cacho tonto? ¿quién narices te crees que eres para hacerme esperar tanto?
Dame un buen argumento.
Pero no me lo das, y llegas con esa cara de pena, como si te supiese mal haberme hecho esperar, pero en realidad eres de esos que aún creen que un retraso de quince minutos en una fiesta es referencia de personas cool.
Despierta
Despiértate ya.

Sería curioso eso de llevar un reloj grandote encima de nuestra cabezota, ah! Y que fuese de facil arreglo, ya que este, lo utilizaría para estamparlo contra la cabeza del retrasado que nunca llega a tiempo. Pataclán! Ves los pajaritos?!.

En fin, yo a veces llego temprano a los lugares, y cuando llego tarde, no lo dudes, me pasa como a ti: siempre es por culpa de los demás.

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